El blog, como cada año, se
encuentra ahora mismo en periodo de inactividad en cuanto a entradas. Esto es
algo que hago todas las temporadas y precisamente, la de 2016, es la que más se
ha prolongado, alcanzando casi hasta fin de año. Para localizar y visitar las
entradas acumuladas, recomiendo utilizar el índice temático y ordenado al que
se accede a través de la pestaña “ÍNDICE POR TEMAS”.
El resto de apartados del blog
seguirán funcionando ya que no me obligan a demasiada labor de mantenimiento.
Aunque el de “EVENTOS PROPIOS” lo tengo bastante dormido últimamente, ¡nunca se
sabe! Conviene permanecer atento quien pretenda tomar parte en alguno de ellos.
El de “PUBLICACIONES” sufre muy pocos cambios como es de suponer, aunque espero
que muy pronto aparezca engrosado con la referencia y enlace del cuarto título
de la saga del blog en versión impresa. Y el que sí que mantendré al día será
el de “CULTURA DEPORTIVA”, anunciando con anticipación aquellos actos de ese
tipo en los que tome parte, y dando breve cuenta posterior de los mismos. Todos
los años surgen varias actividades de dicha índole, aunque su programación
resulta imprevisible porque dependen de llamamientos o invitaciones ajenas.
Que el blog continúe o no
acumulando entradas futuras es algo que aún no tengo decidido. Lo veremos sobre
la marcha, cuando llegue 2017, a primeros o algo avanzado el año. En cualquier
caso, lo trabajado hasta ahora permanecerá disponible, pues tengo comprobado
que diariamente hay bastantes visitantes interesados por los asuntos tratados.
La verdad es que tras cuatro años
de “trabajo” (ocio), ya hace algo de tiempo que encuentro la satisfacción
añadida de cierto eco en forma de lectores y visitantes. El espectro de popularidad
de las entradas es amplísimo. Las hay muy visitadas, con datos diarios de
consulta, contrastando con algunas casi totalmente desconocidas. Tengo la
impresión de que ello tiene poco que ver con el estilo narrativo o mi propia
preferencia o valoración de su resultado. Más bien se debe, estoy completamente
convencido de ello, al impacto resultante de la temática tratada. Después,
además, se produce el efecto “rebote” propio de las redes sociales, por el cual
cuantas más personas visitan una entrada, más se difunde esta y más se dispara
su popularidad. Prefiero no mostrar un ranking de visitas porque, insisto, iría
en detrimento de algunas entradas desfavorecidas, las cuales, a pesar de proponer
un estándar de calidad similar, no han gozado de la misma fortuna.
El crecimiento de las visitas
hace ya tiempo que se ve favorecido por el efecto acumulado a medio o largo
plazo. Con ello quiero decir que las entradas, sean de la fecha que sean, van
arraigándose en número de consultas, búsquedas o acciones compartidas, lo cual
hace que ahora mismo, aunque el blog se detenga temporalmente, el número de
visitas no se resienta. El gráfico representativo de los cuatro años de vida de
este espacio parece ratificar tal conclusión. Y eso es algo que me alegra
porque me hace pensar que toda la información acumulada y todos los relatos
expuestos, puedan estar teniendo interés para algunas personas, de modo que,
por mi parte, pueda encontrarme ahora mismo devolviendo el favor (de forma
indirecta) a todos los autores que he podido consultar o que me hacen disfrutar
con sus respectivas creaciones y publicaciones.
Evolución de
visitas al blog desde su creación. De entre las diversas posibilidades de
análisis, destacan dos consideraciones: 1ª cada año se ha ido incrementando claramente
el número de visitas mensuales, prácticamente a lo largo de toda la temporada,
además los aumentos cada vez lo son por mayor margen; 2ª lo que empezó siendo
un perfil “plano” la primera temporada, comenzó (tímidamente) a sugerir que era
creciente durante los años 2015 y 2015, dinámica que se ha confirmado claramente
durante 2016.
Disponiendo los
datos de visitas mensuales a lo largo de toda la vida del blog, se observa con
claridad el efecto creciente. Aquí, para su análisis, se han trazado sendas
líneas de tendencia: regresión lineal en negro y exponencial en rojo. Ambas
arrojan coeficientes de correlación (R2) bastante halagüeños, especialmente para el caso de la
interpretación exponencial. La pregunta es ¿seguirá esta tendencia en el futuro?
¿Y hasta dónde?.
Mi transición entre temporadas me mantiene muy ocupado. Aparte de la siempre absorbente dinámica laboral (no hay modo de minimizar esta variable en mi vida), otros asuntos me están teniendo más que atareado. Llevamos tiempo con obras en casa. Todas ellas con claras intenciones de hacer nuestra vida más agradable y placentera. Pero no dejan de ser obras, con todo el trajín, molestias y robo de tiempo que ello supone. Algunas ya han acabado, pero no del todo sus efectos colaterales. Otras aún permanecen. Por cierto que una parte de ellas tiene relación directa con las bicicletas, en concreto con hacer utilizable cierto espacio desaprovechado para poder guardar unas cuantas de las ya acumuladas. Ello no va a permitir coleccionar más, pero si poner orden entre las existentes y permitir que las desperdigadas por ahí puedan encontrar sitio en casa.
Lo anterior es probable que no
interese a nadie, pues es un asunto de índole casi completamente personal,
aunque todo el blog, al fin y al cabo, unas veces menos y otras más, está
aderezado siempre de un tono, o desde una interpretación, bastante personal en
todos los temas abordados. Pero aún así, de mencionar cambios ocupacionales
surgidos en esta época entre temporadas, me parece más apropiado referirme a
aquellos que más directamente tienen que ver con lo estrictamente deportivo.
Resulta que en una especie de arrebato asociacionista, me he hecho socio de un
club deportivo y estoy a punto de hacerme de otro en cuanto llegue enero. Ambos
son clubes deportivos en el verdadero significado de la expresión (en el
tradicional y en el normativo). Es decir, asociaciones sin ánimo de lucro,
dedicadas a la práctica y fomento de actividades deportivas. No confundir con
toda esa creciente proliferación de empresas o negocios privados a los que la
gente acude pagando para recibir unos servicios en forma de disfrute de
instalación, clases dirigidas, cursillos, etc. Los primeros son clubes con
socios, y quienes se integran en ellos se convierten en “propietarios” de los
mismos. Mientras que los segundos, aunque pretendan parecer lo mismo, y de
hecho los llamen igual, son negocios con clientes, en los que estos últimos
nunca alcanzan ni propiedad parcial, ni derecho a voto en las tomas de decisión.
No tengo nada contra ellos, pero cada cosa por su nombre por favor.
El primer club indicado (al cual
ya pertenezco) es de piragüismo y multideporte. Yo en principio únicamente me
siento motivado a tomar parte activa en él dentro de la disciplina piragüista.
Por el momento estoy yendo a entrenar allí. Gracias al enorme conocimiento que
sobre ese deporte atesora el alma mater de la entidad, me están transformando
completamente la técnica de paleo, pasando de ser turística y recreativa a
deportiva. Ello está significando también cambios en el modelo de pala a
emplear y una progresiva adaptación a embarcaciones cada vez más competitivas
e… inestables. Lo confieso: un proceso muy excitante e interesante.
El otro club es una entidad de
abolengo en mi región. Una decana en cuanto a los deportes de montaña se
refiere. Se trata de un club con el que he mantenido siempre una estupenda
relación mutua, pero que por unas razones u otras (su carácter aperturista,
acogedor y nada burocrático ha tenido mucho que ver en ello) nunca he llegado a
integrarme en el formalmente. Así pues he decidido dar por finalizada tan
precaria situación y voy a comenzar el año nuevo asociándome definitivamente.
Son varias las causas que me han despertado tal proceder (tantas veces a punto
de acometer y otras tantas aparcado por mi dejadez o la suya): recientemente he
colaborado con ellos en su revista y en varias charlas, tengo muchos amigos
allí con los que comparto multitud de actividades deportivas, y ahora mismo
estoy integrado en su grupo de esquí de travesía. Precisamente este año, contra
todo pronóstico, ya hemos inaugurado tempranamente la temporada de esquí de montaña.
Y creo que eso es todo por el
momento. Seguiré agradeciendo las visitas al blog así como todas las acciones
que los lectores decidan llevar a cabo para difundir su existencia. Un abrazo.
Esquí de
travesía en noviembre. Zona de Lunada. A medio puerto caminamos un poco hasta
alcanzar la nieve. Al fondo el valle del Miera coloreado de otoño y el mar
Cantábrico más atrás.
Chus Aja en
la crestería de los Lastreros.
Aquí estoy
también disfrutando de los Lastreros. No echo de menos la bicicleta, el kayak o
los patines cuando puedo disfrutar de los esquís.
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