viernes, 1 de agosto de 2014

28. MIS “QUEDADAS”



Hoy voy a escribir sobre mis propuestas colectivas para esta temporada. Son lo que yo denomino quedadas. En otras palabras, citas ciclistas que aunque puedan tener cierta vocación de establecer una tradición que pudiera irse repitiendo con el paso de los años, no representan ni establecen obligación o responsabilidad alguna entre sus participantes o convocante, más allá de aquellas derivadas de su sentido común y conciencia humana. Vamos, que yo aviso del plan y el que quiere se apunta y viene, consciente de que ha de ser responsable de su propio comportamiento (y cumplimiento de la normativa de tráfico), de su autonomía alimenticia, mecánica y de condición física,  así como de sus lesiones o accidentes (confiemos en que nunca se den), etc. Ya lo he dicho más de una vez, no tengo ni vocación ni ganas de embarcarme en la organización de un evento deportivo. Admiro mucho a todos aquellos espíritus emprendedores que lo hacen, pues gracias a ellos disfrutamos los demás. Pero bastante tengo yo con tratar de atender el resto de facetas de mi vida como para liarme con alguna otra más. Sin embargo sí que me gusta diseñar experiencias y hacer partícipes de las mismas a mis amigos o a gente dispuesta a compartirlas con los demás, siempre y cuando acudan con la mente abierta, ganas de disfrutar, mucha solidaridad y nulo espíritu competitivo, pues se trata de “excursiones” ciclistas que buscan recorridos hermosos, ritmos adaptados a todos y hambre de compañía sana y diversa.

Mis quedadas se desarrollan en Cantabria. Porque vivo allí y porque ocupan un único día del calendario. Además porque cada una, en lo suyo, intenta acercar a mis amigos y familiares experiencias de las que suelo disfrutar fuera de allí y a las que por algún motivo ellos no pueden o no se deciden a ir. A lo largo del año, y especialmente durante el verano, planteo alguna que otra actividad, relacionada con un diferente abanico de modalidades deportivas o de locomoción deportiva. Como es fácil de suponer, las propuestas ciclistas suelen ser las más habituales, aunque dentro de ellas la diversidad de planteamientos abunda mucho. Por poner un par de ejemplos, el año anterior propuse un pic-nic de verano en el que cada cual debía cargar (en su bicicleta) con todos los enseres, viandas y recursos necesarios para cooperar en una magnífica comida campestre colectiva. El recorrido fue breve, bonito y sin apenas desniveles. El escenario un idílico paraje de río y sombras en el que pudimos disfrutar de un refrescante baño. La jornada resultó estupenda y reunió a personas con grados de vinculación muy dispares con respecto a la bicicleta: desde nulo hasta auténticos “biciosos”. Este año pretendo repetir, pero no lo puedo anunciar porque es algo que propondré de forma repentina y espontánea, cuando vea que cuadra el calendario, el tiempo libre y la previsión meteorológica. Pero por si a algún lector le parece buena idea, lo menciono, para animarle a proponerlo entre su círculo de amigos, porque resulta un plan muy entretenido y gratificante, y además, abierto a casi todo tipo de personas y edades, y por lo tanto, muy conciliador. La otra proposición que pretendo repetir este verano, también de forma no planificada, a la espera del momento oportuno, es una especie de etapa turística en bicicleta, de media duración y desnivel negativo. Aprovechando la configuración geográfica de la región, la idea es descender desde las estribaciones de la Cordillera Cantábrica hacia el mar, de forma que los no iniciados ni habituales en el uso deportivo de la bicicleta, puedan, con poco esfuerzo y sin preparación, recorrer una etapa de unos 65 km de longitud. Para ello utilizo un recorrido marcado por una combinación de carreteras en desuso, secundarias de pueblo, sendas de pescadores y carriles-bici; para evitar que los participantes sufran sensación de riesgo. Combinamos tren para la ida y bicicleta para la vuelta, y en función del calendario nos tomamos una jornada o dos. La etapa en sí es Reinosa-Suances siguiendo el río Besaya, aunque si hay jornada previa, la utilizamos para dar una vuelta suave a todo el valle de Campoo. El año pasado ya comenté algo al respecto de este plan, también muy recomendable para ser replicado por alguno de los lectores con sus amistades o familia, ya sea en el mismo escenario o en otros cercanos a su lugar de residencia.

Pero vamos a entrar ya en materia. Las quedadas a las que se refiere este texto son bastante más exigentes y van dirigidas a mis contactos o  a lectores ya iniciados o algo expertos en el mundo del ciclismo clásico. La primera es una idea que tuve para haber puesto en marcha la temporada anterior, pero que dejé marchar porque el verano me fue superando con citas, deberes y acontecimientos varios. Es lo que denomino el “Paso de la Vaca Pasiega I”. Se trata de una ruta “clásica” en el sentido de que propone una marcha dura y con identidad propia, tanto por su recorrido, como por su vinculación con la cultura popular de la zona. Consiste en elegir algún paso de montaña (puerto) cada año, que pueda estar relacionado con el movimiento de ganado bovino de la región, que permita un exigente diseño de ruta circular y que resulte precioso en cuanto a paisaje. Me gustaría cambiar de recorrido cada año, si es que la experiencia se repite en ocasiones futuras, y en principio, la provincia y la imaginación me van a dar para unas cuantas “ediciones”. De ser así habrá varias “vacas pasiegas…”, pero también “vacas tudancas” y “lebaniegas”. Tengo que reconocer que el asunto surgió en mi cabeza por el choque entre dos chispazos mentales aparentemente desconectados. Por un lado siempre quise probar y recorrer una pista de montaña que un político local, como consecuencia de un momento de bravuconería, decidió transformar en “carretera”, aplicándole una cobertura de asfalto y erigiendo en su zona más alta una estatua en homenaje a la vaca. Como consecuencia de ello una nueva carretera de montaña, con terribles desniveles y salvaje paisaje de montaraz, irrumpió repentinamente en nuestro “inventario” de puertos de montaña. Y hasta ahora nunca he completado su paso, aunque ya vaya siendo hora de intentarlo. Para catalizar la reacción tan sólo hizo falta darme de bruces con una convocatoria disparatada que algún estrafalario sujeto del continente americano (dicho sea todo con el máximo respeto) tentaba al resto del mundo: “The Hatcher Pass Road Race” (La carrera de la carretera del Paso Hatcher). Se trata de un reto muy local, ubicado en Alaska, en el que un enamorado de un puerto de montaña singular, invita a otros alocados aficionados del mundo, a unirse a él para vencerlo. El recorrido en cuestión es de 70 millas. 35 de ida (subida y bajada por la otra vertiente) y 35 de vuelta (viceversa). Parce ser que se recomiendan desarrollos suficientemente blandos, frenos de cantiléver o disco y cubiertas de ciclocross o similares. En definitiva bicicletas recias para ciclistas recios. La última lista de participantes que vi constaba de… catorce personas (evidentemente una quedada). Lógico, tratándose de algo tan poco convencional y ubicado en un lugar tan remoto. Las fotos de la carretera resultan de lo más sugerente, así como uno de sus posters de “promoción”. Lo dicho, una cosa y otra conectaron y nació “El paso de la Vaca…”.


En nuestro caso el recorrido de la primera edición va a resultar duro, ya que además del mencionado puerto de la Vaca, integrará una sucesión de no menos de otros tres puertos de media montaña, uno de los cuales es bastante “violento” a causa de su porcentaje. Además se pretende que la ruta alcance una longitud de 100 millas aproximadamente (161 km), para que la reunión se convierta en el colofón de una especie de “Triple Corona de clásicas de 100 millas” (algunas retro y otras no) que queda conformada junto con l’Eroica Britannia y el GPCC. En esta ocasión el recorrido del Paso de la Vaca Pasiega I está completamente asfaltado. En algunos tramos mejor y en otros peor, pero asfaltado al fin y al cabo. Para completarlo con éxito, aparte de los requisitos personales de estado de forma física, ganas, resistencia, etc. se hacen recomendables algunos aspectos relacionados con el material a utilizar: por supuesto que la normativa de tráfico vigente obliga a llevar casco, sugerimos decantarse por una bicicleta fiable, preferentemente de corredor, aunque con cubiertas de 23 de anchura o superiores, bien hinchadas para evitar pinchazos y frenos en perfecto estado pues se les exigirá mucho trabajo. De todas formas hay que llevar material de reparación suficiente para ser autónomo ya que como buena quedada no disfruta ni de coche de apoyo ni de asistencia. Lo más importante de la bicicleta serán los desarrollos disponibles, cada cual tiene sus capacidades, pero en mi caso sé que, a falta de “compac”, necesito claramente triple plato. De hecho hay rampas que he comprobado que con un 42x28 no las subo. En cuanto al avituallamiento, cada cual lleva lo suyo, sólido a base de barritas o lo que se prefiera (geles…) y líquido, este último podrá irse reponiendo cuando se tercie en alguna que otra fuente del camino. Además habrá que llevar una moderada cantidad de dinero encima porque la idea es hacer una parada (cuando más la necesitemos y superadas ya las principales dificultades de la jornada) para comer algo en un bar (bocadillo o cualquier otra opción económica y que llene).


El recorrido no estará marcado, rodaremos tranquilamente en grupo aunque no de forma rígida. En aquellos puntos conflictivos o susceptibles de poder provocar confusiones, nos esperaremos. En estas condiciones y teniendo en cuenta que el ritmo será suave, lo habitual es que se forme un grupeto deslavazado pero sin grandes separaciones entre sus miembros, en el que no sea necesario concentrarse para ir bien pegado a rueda, y se pueda ir hablando. En el caso de las ascensiones, seguro que el grupo de disuelve y cada cual o algunos emparejamientos, buscarán su propio ritmo de supervivencia. La intención es esperarse arriba todos antes de iniciar descensos para disfrutar y sin riesgos. En cuanto a averías y pinchazos trataremos de resolverlos con la pericia individual y la solidaridad colectiva. De todas formas preveo que el grupo será minoritario, dada la exigencia del recorrido y las fechas. Lo mismo acabo haciéndolo yo sólo.


La carretera bajo las cumbres de la cordillera.

El mencionado (y en ocasiones maltrecho) monumento.

El trazado partirá de la iglesia de Galizano el domingo 17 de agosto a las 9 de la mañana (por lo que habrá que estar allí preparado un poco antes) y regresará al mismo lugar a una hora indeterminada que podrá oscilar entre las 16 y las 18 de la tarde. Evidentemente recomiendo encarecidamente que si alguien pretende unirse a nosotros, nos avise con tiempo para saber que se le espera allí, para hacernos una idea aproximada de cuantos seremos y para poder avisarle en caso de cambio de planes. El recorrido tiene varios puntos de “escape” por si a alguien se le presenta “el hombre del mazo” de forma prematura: uno en el paso del tercer puerto y otro en el kilómetro 121 aproximadamente.


Paso ahora a dar cuenta anticipada de los planes previstos para la quedada “retro” que ya el año pasado denominamos “La Montañesa”. El kilometraje de la segunda edición será similar al del año anterior: 100 km. Lo que cambia radicalmente es la comarca por la que transcurrirá, ya que nos iremos hacia Reinosa, localidad de partida y de llegada. Pero antes de ponerme a hablar de la ruta en sí, quiero explicar un poco cómo surgió su ubicación en el calendario. Por mi parte tenía claro que sería en septiembre, pues la agenda de marchas retro, tanto nacionales como extranjeras está mucho más recargada en primavera que en cualquier otra época del año. Por otro lado, el centro del verano, en especial el mes de agosto, parece una fecha complicada en la que demasiadas personas tienen cerrados sus planes vacacionales, sus compromisos familiares o sus traslados a zonas concretas de veraneo. Posteriormente (en Abejar concretamente) me enteré de que tanto La Monreal, como la novedosa Retrovisor coparían sendos primeros domingos de septiembre. Y entonces me vino la “inspiración” (si es que el resultado posterior confirma que lo fue) de que, teniendo en cuenta que la Monreal del 14 se celebrará en tierras navarras, cerca de Cantabria y la Retrovisor en Solares (no lejos de Santander), podía embocarse una carambola de forma que en una única semana (o casi) pudiéramos reunir hasta tres eventos de ciclismo retro relativamente cercanos, de manera que cerrásemos la temporada con un bonito broche, intentando ser capaces también de satisfacer nuestro apetito retro-ciclista y algunos amigos de tierras alejadas, se planteasen al menos acudir a Cantabria un único fin de semana para matar dos pájaros de un tiro y que el desplazamiento les compensara más. Tras esta reflexión, el calendario queda de la siguiente manera: domingo 7 de septiembre La Monreal (Navarra), sábado 13 La Montañesa (Reinosa) y domingo 14 La Retrovisor (Solares). Alguno me lo ha agradecido ya, y otros parecen bastante decididos a acudir al fin de semana completo.

Volviendo a la quedada. Valga lo dicho con respecto al Paso de la Vaca en lo que se refiere a comportamientos, organización y responsabilidades de cada cual. Lo que cambia aquí son la fecha, el recorrido y sobre todo, el atuendo y la bicicleta. Estos últimos han de ser clásicos, y eso ya todos sabemos lo que significa, y en caso de duda basta con consultar el reglamento de alguna de las marchas retro que el calendario interactivo que la segunda cabecera de este blog muestra. Para el caso de bicicletas de corredor: pedales de rastrales, cables por fuera del manillar, y palancas del cambio en el tubo diagonal del cuadro. Para los puristas, bicicletas anteriores a 1984 (incluido), aunque por mi parte, como la mayoría de los organizadores de eventos, doy la bienvenida a “réplicas” modernas que aún siendo posteriores cumplan los resumidos requisitos principales. Mucho ojo con la cabeza… quiero decir que en la mayoría de las marchas retro internacionales está permitido rodar sin casco (con chichonera, con gorra ciclista o sin nada), y que en las españolas gozamos de una permisividad no oficial que se ve favorecida por el concepto de masa crítica. Pero eso es algo de lo que no disfrutaremos en la quedada, así pues allá cada cual con su responsabilidad y asunción de riesgo (me refiero más al de las multas que al de la integridad física), personalmente, y aunque me duela en la estética del resto del atuendo, llevaré casco.

El recorrido es muy diferente al del año anterior y a mí me parece de una belleza singular y recomendable. Saldremos de Reinosa, en concreto de la zona de aparcamiento del parque de Cupido, cerquita de la estación del ferrocarril. Tras callejear un poco por el casco urbano, tomaremos la carretera que circula por la ribera norte del embalse del Ebro. Es una carretera bastante nueva, en la que los coches circulan rápido, pero son pocos y la calzada es lo suficientemente ancha como para no agobiar. El paisaje es bonito, la ruta entretenida y apenas tiene una sucesión de moderados toboganes. Tras alcanzar Corconte, tendremos que pedalear un tramo de poquitos kilómetros llanos, por la carretera nacional entre Santander y Burgos. Hay visibilidad, poca densidad de vehículos y pronto nos dejará por Cabañas de Virtus donde ya podremos tomar un desvío a partir del cual no volveremos a abandonar las carreteras estrechas y secundarias. Desde ese momento la ruta nos conducirá por la ribera sur de embalse. El firme por allí puede estar peor en algunos tramos, aunque creo que lo arreglaron recientemente. La ruta me parece más variada y entretenida, atraviesa algunos pueblecitos pequeños y tiene panorámicas o detalles de paisaje muy bonitos. Todo ello con muy pocos desniveles en su variado sube y baja. Algunos kilómetros después del desvío alcanzaremos Arroyo, pueblo en el que daremos comienzo a un bucle interesante con paisajes muy agradables, siguiendo parcialmente el curso de un jovencísimo río Ebro. Tras un paseo por su frondoso lecho, pasaremos por algunas aldeas encadenando una sucesión de unos tres “minipuertos” de no más de 1-3 km de ascensión cada uno de ellos. Nada que resulte demasiado duro ni exija la disponibilidad de combinaciones de desarrollo especialmente suaves. El último de ellos nos dejará en el peculiar paraje del Monasterio Montesclaros, con su atmósfera montaraz y casi medieval, donde con bastante probabilidad podremos fijar nuestra comida (también en esta quedada seguimos con eso de los avituallamientos propios y un poco de dinero para comer cerca del final de la ruta). Para la sobremesa, empinado descenso hasta el río, seguido de un muy breve “desandar” recorrido hasta Arroyo y desde allí pocos kilómetros de toboganes junto al embalse antes de regresar a Reinosa, en torno a las cuatro de la tarde (habiendo iniciado la ruta a las 10 de la mañana, incluyendo la parada para comer tranquilos). Teniendo en cuenta que la marcha del domingo es de 65 km, sin puertos, con parada de avituallamiento intermedia y en régimen de semi-neutralización, no hay peligro de que a ninguno se le acumule la fatiga, máxime cuando nuestro ritmo será tranquilo y amigable. Si todo va bien las cañas posteriores, antes de la despedida a nuestros respectivos alojamientos, o quién sabe si para alguna cita para cenar, las tomaremos en nuestra casa familiar en Santiurde de Reinosa (eso ya lo veremos). No es por ejercer de comercial, pero toda la gente que he llevado alguna vez a completar total o parcialmente este recorrido, ha quedado encantada con su variedad y belleza, y por lo entretenido de su trazado. Tan sólo espero que el clima nos acompañe. Aquí sí que espero bastante más participación, de hecho algunos ya me lo habéis ido anunciando.

 Perfil de la Montañesa 2014 (no asustarse, mirar bien la escala vertical).

Y esto es todo con respecto a las propuestas de “quedadas” con nombre propio. Para las demás no hay tiempo de planificación, surgen de la improvisación y la oportunidad repentina. Aquí dejo un resumen “técnico” en formato de fichas de recuerdo.



El Paso de la Vaca Pasiega I
LOCALIZACIÓN
Galizano (Ayuntamiento de Ribamontán al Mar, Cantabria, 39160)
PUNTO DE SALIDA
El parque que hay junto a la iglesia del pueblo
HORA DE ENCUENTRO
8,45 de la mañana
HORA DE SALIDA
9 de la mañana
FECHA
Domingo 17 de agosto
DURACIÓN APROXIMADA DEL RECORRIDO
162 km (aproximadamente) incluyendo cuatro puertos de montaña (2 muy duros). 8 horas sin paradas o averías; total unas 9 horas
COMIDA
Por el camino, una vez superados los cuatro puertos, precio y lugar improvisados en función de cómo se vaya desarrollando la jornada. Buscaremos algo económico.
CONTACTO
jose.delmer@gmail.com
  


La Montañesa 2014
LOCALIZACIÓN
Reinosa (Cantabria)
PUNTO DE SALIDA
Aparcamiento del Parque de Cupido, junto a la estación de tren de ADIF.
HORA DE ENCUENTRO
9,50 de la mañana
HORA DE SALIDA
10 de la mañana
FECHA
Sábado 13 de septiembre
DURACIÓN APROXIMADA DEL RECORRIDO
100 km preferentemente llanos o “rompepiernas” suave, con tres elevaciones moderadas en el tercio final. 4,5 horas sin paradas o averías; total unas 6 horas
COMIDA
Probablemente en Montesclaros, muy poco antes de acabar. Precio y lugar pendiente de tener una aproximación de cuántos seremos. Buscaremos algo económico.
CONTACTO
jose.delmer@gmail.com

1 comentario:

  1. Buenos días José.
    Este domingo creo que me va a ser imposible acudir a tu cita. Pero ya tengo el día 13 de septiembre apuntado en mi agenda.
    Mucha suerte el domingo y disfrutar de la jornada

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